Hoy vamos a hablar de un tema clave para alcanzar cualquier meta que te propongas: ¡la autodisciplina! Sí, esa habilidad mágica que te permite mantenerte enfocado y constante en tus objetivos, incluso cuando la motivación brilla por su ausencia. Aquí te dejo 7 estrategias efectivas para desarrollar la autodisciplina y transformar tu vida. ¡Vamos a por ello!
Define Metas Claras y Alcanzables
Lo primero es lo primero: necesitas saber hacia dónde vas. Define metas específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con tiempo (SMART). Esto no solo te dará claridad, sino que también te permitirá medir tu progreso. Por ejemplo, en lugar de decir «quiero estar en forma», establece una meta como «quiero correr 5 km en menos de 30 minutos en tres meses».
Crea un Plan de Acción
No basta con tener metas; necesitas un plan para alcanzarlas. Divide tu objetivo principal en tareas más pequeñas y manejables. Crea un calendario o una lista de tareas diarias y síguelo al pie de la letra, sin excusas, sin quejas ni llantos. Tener un plan te ayudará a mantener el rumbo y te dará una sensación de logro cada vez que completes una tarea.
“Quien fracasa al planificar, planifica su fracaso.” — Benjamin Franklin.
Desarrolla Hábitos Positivos
La autodisciplina se construye a través de hábitos. Identifica los hábitos que te acercan a tus metas y enfócate en desarrollarlos. Recuerda que se necesita tiempo y repetición para formar un nuevo hábito. Sé paciente y constante y ¡échale huevos!
Elimina las Tentaciones
Haz tu vida más fácil eliminando las tentaciones que puedan desviarte de tus objetivos. Si quieres comer más saludable, no llenes tu despensa de comida chatarra. Si necesitas concentrarte en estudiar, crea un espacio libre de distracciones. Haz lo posible por diseñar un entorno que favorezca tu autodisciplina.
Practica la Autorregulación
La autorregulación es la capacidad de gestionar tus emociones y comportamientos para mantenerte en el buen camino. Cuando sientas la tentación de procrastinar o de rendirte, respira hondo y recuerda tus objetivos. Recuerda el motivo por el cuál lo estás haciendo, el motivo por el cuál empezaste, tu “motivación”. Practicar la meditación o el mindfulness puede ser muy útil para mejorar tu autorregulación.
Rodéate de Influencias Positivas
Tu entorno social también juega un papel crucial en tu autodisciplina. Rodéate de personas que te apoyen y te motiven a alcanzar tus metas. Comparte tus objetivos con amigos o familiares que puedan ofrecerte apoyo y responsabilidad. Y si no te apoyan, o crees que no van a hacerlo, no compartas nada con ello.
A menudo nuestros seres más queridos son quienes más nos ayudan a fracasar y abandonar. No siempre lo hacen con maldad, pero lo hacen. Comentarios del tipo “¿para qué lo vas a hacer?”, “estás bien así” o “por emborracharte un día no pasa nada” no aportan, sino todo lo contrario. Huye de eso, huye de esa gente. Gente con mentalidad mediocre te aconsejarán de tal modo que tú también seas mediocre.
“Eres el promedio de las 5 personas que te rodean”. — Jim Rohn.
Échale huevos, cojones, ganas…
Puedes leer todos los artículos y libros que quieras sobre autodisciplina, ir a seminarios, realizar cursos o rezarle a la Virgen. Pero, si no pones en práctica todo lo aprendido y le pones todas tus ganas, no lograrás nada.
De nada sirve saber que tienes que incorporar nuevos hábitos si luego te pones a llorar porque tienes que levantarte un poquito más temprano o levantar el culo del sofá.
¡Actúa y deja de quejarte! No seas tan débil. Piensa en tu meta. ¿De verdad la deseas? Pues harás todo lo que haga falta, y durante todo el tiempo que haga falta, sin quejas.
¿Qué harías o darías por un poco de aire si te estuvieses ahogando bajo el agua? ¡Todo! Sin pensarlo y sin quejarte.
Pues ese deseo es el que deberías tener para lograr tus objetivos.
Seamos sinceros. Realmente todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, pero no todo el mundo tiene lo que hay que tener para hacerlo. ¿Quieres dejar de fumar? No fumes. ¿Quieres perder peso? Come mejor y haz ejercicio. ¿Quieres aprender algo? Estudia.
¡No hay más secreto! ¡Mueve el culo y ponte a trabajar en ello!
¡Un abrazo y hasta la próxima!