¡Ey, dormilón! Sí, tú, el que piensa que la vida empieza después del mediodía. Si eres de los que considera que levantarse temprano es un castigo medieval, estás en el lugar correcto. Hoy te voy a mostrar el arte y la ciencia de cómo levantarse temprano, para que puedas unirte al club de los madrugadores sin morir en el intento.
Para los que ya me conocer, saben que para mí hay una solución resumida levantarse temprano, y para muchas cosas en la vida: Echarle coj*nes.
Con eso lo soluciono todo. ¡Y es súper efectivo!
Pero, en fin, veamos algunas ideas menos polémicas para l@s que sean de cristal.
1. La mentira del «Yo no soy una persona madrugadora»
Primero, deshagámonos de esa excusa barata de «no soy una persona madrugadora». ¡Eso son gilipollces! Eso es solo una etiqueta que te pones para justificar tus hábitos nocturnos de ver series hasta las 3 AM. Cualquier persona puede convertirse en madrugadora con un poco de disciplina y un buen plan. ¿A que si te mando un vídeo apuntando con un arma a tu mujer te levantarás temprano? Solo necesitas dejarte de excusas y levantarte de una puñet*ra vez.
2. La rutina nocturna: El secreto para un buen despertar
¿Crees que levantarse temprano empieza por la mañana? Pues te equivocas. Comienza la noche anterior. Aquí va un consejo que no esperabas: apaga las p*tas pantallas, guarda el móvil y cierra el portátil al menos una hora antes de dormir. Sí, sé que tu serie favorita es adictiva, pero no te hará ningún favor para levantarte por la mañana. Si no eres capaz de hacer esto tan simple, te hace falta algo de autodisciplina.
4. La alarma: Tu nuevo mejor amigo (y peor enemigo)
A nadie le gusta el sonido de la alarma. Si eres de los que presiona el botón de «posponer» más de lo que respira, coloca la alarma al otro lado de la habitación. Así tendrás que levantarte para apagarla. Sí, te odiarás a ti mismo por unos segundos, pero al menos estarás de pie. Esto funciona, te lo aseguro. Cuando suene te vas a acordar de mi santa madre, pero verás como así te levantas. Pon el despertador lo más lejos posible e incluso te recomiendo que lo guardes en algún sitio donde te cueste llegar a él. Cuánto más tiempo transcurra, más fácil será que te espabiles y menos posibilidades habrá de que caigas en la tentación de apagar el despertador y volverte a la cama.
5. Un propósito claro
No hay nada peor que levantarse temprano sin un propósito. Pregúntate, ¿por qué quieres levantarte temprano? ¿Para hacer ejercicio? ¿Leer? ¿Meditar? ¿Salvar el mundo? ¿Destruirlo? Tener un objetivo claro evitará que aplastes la alarma con un martillo y te motivará a pegar un brinco de la cama y ponerte a realizar tus tareas.
6. Hazlo un hábito
Ser constante es la clave. No esperes que tu cuerpo se adapte a levantarse temprano de la noche a la mañana (literalmente). Necesitas convertirlo en un hábito. Intenta levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Sí, sé que suena a tortura, pero tu cuerpo te lo agradecerá después. Empieza lavantándote media hora antes, y ve aumentando el tiempo poco a poco.
7. El desayuno: La motivación extra
Si el café no es suficiente motivación para levantarte, entonces haz un desayuno que realmente te estimule a levantarte para comenzar a disfrutarlo. ¿Tostadas francesas? ¿Batido de frutas? Lo que sea que te haga salir de la cama con una sonrisa y no con una mirada asesina. Pero no te pongas a comer mierdas. Debe ser un desayuno saludable por multitud de beneficios que darían para otro artículo, incluso un libro o un documental, ¡yo qué sé!
8. La actitud lo es todo
Finalmente, todo está en la actitud: echarle coj*ones, ¿recuerdas? Si te dices a ti mismo que levantarse temprano es una tortura, será una tortura. Cambia el chip. Piensa en todas las cosas que puedes hacer con esas horas extra. ¡Conquista el mundo antes de que los demás hayan abierto los ojos!
¿No sabes qué hacer tan temprano? Pues te recomiendo un artículo muy chulo llamado… 10 Hábitos Matutinos que Transformarán Tu Vida.
Palabras Finales
Levantarse temprano no tiene que ser una pesadilla. Con un poco de planificación y la actitud correcta, puedes convertirte en una persona madrugadora y disfrutar de todos los beneficios que tiene. Así que, la próxima vez que la alarma suene, en lugar de maldecir tu existencia, sonríe, salta de la cama y demuestra al mundo de lo que eres capaz.
Y recuerda, si un día fallas y te quedas en la cama hasta el mediodía… ¡No pasa nada! Somos humanos. Mañana será otro día para intentar de nuevo.
No, ahora en serio, si haces eso eres un vago.
¡Hasta la próxima!