Como dejar de autosabotearte de una vez por todas

¿Esto te suena de algo? Estás a punto de lograr algo importante, tal vez ese proyecto en el que has estado trabajando por meses o esa meta que te juraste que a prinicipio de año ya habrías alcanzado, y… zas, te saboteas a ti mismo. Y no es la primera vez, ¿a que no? En el último momento, siempre encuentras una excusa perfecta para no hacerlo.

«Es que no es el momento adecuado.»
«Es que estoy demasiado cansado.»
«Es que ya lo intentaré mejor mañana.»

¡Es que eres un vago!

Ese «mañana» de los coj*nes nunca llega. Es un bucle de mierda en el que caes una y otra vez, y sabes que el único responsable de estar donde estás eres tú mismo. Ahora bien, si estás aquí leyendo esto, es porque estás hasta los huevos (u ovarios) de autosabotearte, de estancarte, y quieres cambiar. Perfecto. Ahora hablamos en serio.

¿Qué es el autosabotaje y por qué te empeñas en ello?

Eso de detenerte, rendirte y/o abandonar justo cuando estás a punto de lograrlo es algo que tú mismo provocas, no es culpa del universo, ni de las malas energías, ni de tus amigos, ni del Gobierno, ni de tu vecino el del 5º. Es TU cerebro jugándote malas pasadas.

Y, ¿sabes por qué lo haces? Porque en el fondo, tu cerebro es un cobarde. Alguien tenía que decírtelo. Tu cerebro prefiere lo conocido, lo cómodo, lo que no representa ningún tipo de riesgo. Incluso si esa zona de confort es miserable, te quedas ahí porque te asuntan los cambios. Te cagas en los pantalones, incluso aunque esos cambios sean positivos. Ese miedo irracional te convence de que es mejor quedarte donde estás, aunque eso signifique seguir siendo infeliz o seguir postergando tus sueños.

Lo que más te asusta no es fracasar, es lograr lo que quieres. ¿Qué harás entonces? ¿Qué pasará si consigues ese trabajo soñado, o si empiezas ese proyecto que tanto que te hace tanta ilusión? Tu cerebro no quiere lidiar con eso porque ¡es más fácil quejarse y poner excusas! ¿O no?

Identificando tus propios patrones de autosabotaje

Antes de seguir, te pregunto: ¿cuántas veces has buscado excusas en lo que va del día? ¿Tres? ¿Cinco? ¿Más? Si quieres dejar de autosabotearte, lo primero que debes hacer es ser brutalmente honesto contigo mismo y reconocer cómo y cuándo lo haces. Aquí tienes algunos ejemplos que seguro que te resultarán familiares:

  1. Procrastinación eterna: Sabes que tienes que hacerlo, pero te dices «después lo hago», «mañana será mejor», o «necesito estar en el estado mental perfecto». Spoiler: ese momento perfecto no existe.
  2. Excusas disfrazadas de razones: «No tengo tiempo», «No tengo suficiente experiencia», «No sé por dónde empezar». Mentiras. Si realmente te importara, sacarías tiempo de donde fuera. Nadie nace sabiendo, y empezar es lo único que necesitas para aprender y ganar experiencia.
  3. Perfeccionismo tóxico: Te convences de que no puedes empezar hasta que todo sea perfecto. Entiende una cosa: la perfección no existe, y si sigues esperando que todo sea perfecto, te quedarás como estás.
  4. Miedo al fracaso… o al éxito: Tienes miedo de fracasar. Pero en el fondo, también te asusta triunfar. Porque si triunfas, ¿qué vendrá después? Más expectativas, más responsabilidades. Y por eso tu traicionero cerebro te dice: «Mejor no arriesgarse». Cobarde.

¿Por qué te autosaboteas? Las razones psicológicas detrás de esta trampa

Ya hemos dejado bien claro que el autosabotaje está íntimamente ligado a tu miedo al cambio. Pero vamos un poco más alla, ¿vale? Hay algunas razones más específicas por las cuales te saboteas:

  1. Baja autoestima: Si en el fondo no crees que mereces el éxito o la felicidad, te autosaboteas porque inconscientemente sientes que no eres lo suficientemente bueno. Adivina qué: tus creencias sobre ti mismo nio son reales. No te autosaboteas porque no puedas lograrlo, te saboteas porque te crees tus propias mentiras.
  2. Comodidad disfrazada de lógica: Tu cerebro te dice que quedarte con lo seguro es «inteligente», que no deberías arriesgarte porque el cambio es incierto. Y ahí estás, creyendo que tomar el camino más fácil es lo lógico, cuando en realidad es solo la forma en que tu mente intenta protegerse de lo desconocido.
  3. Miedo al juicio: ¿Te da miedo que los demás piensen que eres un fracaso si lo intentas y no lo logras? Pregúntate una cosa: ¿cuánta de esa gente está realmente preocupa por tu vida? Exacto. Nadie está tan pendiente de ti como crees, así que deja de preocuparte por lo que piensan los demás y haz lo que tienes que hacer.

Cómo dejar de autosabotearte de una vez por todas

Ahora que ya sabemos el por qué, vamos a lo importante: cómo dejar de autosabotearte y empezar a avanzar. Mira, no voy a endulzarte esto con tonterías motivacionales. La realidad es que esto te va a doler. No vas a querer reconocer que llevas años frenándote, y va a doler aún más empezar a cambiar eso. Pero si realmente quieres mejorar, aquí están los pasos que debes seguir:

1. Cambia tu p*to diálogo interno

Esa voz en tu cabeza que te dice que no puedes, que no es el momento, que no eres lo suficientemente bueno… ¡tiene que callarse! Cada vez te autosabotees con pensamientos negativos, párate un monento y di: «¡Cállate!». No se trata de ser amable contigo mismo. Se trata de ser disciplinado.

2. Deja de esperar a sentirte preparado

Entiende de una jodida vez que nunca estarás 100% preparado. Así que deja de utilizar eso como excusa. Empieza con lo que tienes, con lo que sabes hoy, y mejora durante el camino. Nadie empieza sabiendo todo. El secreto está en avanzar, no en esperar.

3. Hazlo antes de que te dé tiempo de pensarlo

El autosabotaje ocurre porque te lo piensas demasiado. Basta ya de hacer eso. Cuando te enfrentes a algo que te de miedo o te incomode, actúa en los primeros 5 segundos. No lo pienses, hazlo ya. ¿Quieres ir al gimnasio? Ponte las zapatillas y sal antes de que tu cerebro te detenga. ¿Tienes que hacer una tarea importante? Abre el ordenador y empieza a hacerla sin cuestionártelo.

4. Rodéate de personas que te ayuden

Si te rodeas de personas que se sabotean a sí mismas o que te alientan a mantenerte en tu zona de confort, nunca vas a avanzar. Necesitas estar con gente que te exija más, que te empuje, que no te deje hundirte en tus excusas. Y si no tienes a nadie así, sé esa persona para ti mismo.

5. Recompénsate por tus avances, por pequeños que sean

Por último, reconoce tus propios progresos. No esperes a tener éxito para celebrarlo. Cada pequeño paso que te acerque a tu meta es una victoria, y si no te das el reconocimiento que mereces, será más fácil que tu cerebro vuelva a sabotearte. Celebra cada logro, incluso los pequeños, porque cada paso cuenta. El progreso, aune sea lento, sigue siendo progreso. Y no te estoy diciendo que vayas por ahí a emborracharte cada vez que escribas 20 palabras de tu nuevo libro, o salgas a caminar 5 minutos. Ve al cine a ver esa película que tanto te gusta, date un capricho con una buena cena o simplemente escríbelo en un cursi diario.

Conclusión

Ya está bien de sabotearte, ¿no crees? El autosabotaje es una prisión que tú mismo construyes. La buena noticia es que también tienes la llave para salir. ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Seguir como estás por miedo, o finalmente has decido que es el momento de tomar acción?

La vida no espera a nadie, y el éxito tampoco. Así que deja de autosabotearte, deja de ser tu peor enemigo, y empieza a ser la versión de ti mismo que siempre has querido ser. ¿Vas a seguir esperando o vas a actuar ahora?

Y si quieres tener éxito, la clave maestra es tener la mentalidad de éxito necesaria para lograr cualquier cosa…

Y si no quieres comprar, y eres más de que te regalen cosas…

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